26 de febrero de 2009

Agnieszka Wolny-Hamkało III

Parada en Corazón

El pueblo vivía de los indios
(harían cualquier cosa por un espejo).
Cuando pasó el coche los niños salieron
del polvo y un tipo con un maletín maldijo
en voz baja. Llegaban de todas partes
montones de aguacates. Tomaron un café
en la estación, después meó
escuchando con atención como un niño.
Sí, sí –dijo la chiquilla
en dialecto sobre la mano abierta.
El choque de las nubes fue acompañado
de una ligera conmoción, y ellos fueron a ver
unas rocas grises y puras. Se sentaron
en unas raíces junto al agua. La piedra
que tiró hacia atrás
le dio en todo el morro al perro.

De Ni lo sueñes

25 de febrero de 2009

Agnieszka Wolny-Hamkało II

Existen días así: el desayuno en el Teatro
Cien, una luna como una copa con halo. Y
yo que he soñado que tengo el pelo largo, hago
gestos muy religiosos y tengo un bonito nombre.
Pero el sueño ya no irradia luz, desde ese punto de vista
el carnaval ya se ha acabado. Los puntos de sutura ceden suavemente
y el invierno regresa por las cañerías a las madrigueras, el río le ha hecho la cama
al invierno en la alcantarilla. Este domingo cubierto por la ropa de cama
se está realizando plenamente: hablamos desnudos
sobre los santos, nos interrumpimos el uno al otro, decimos
tonterías en voz alta. Los días así son eternos:
botellas sin noticias que el viento hace rodar.

De Ni lo sueñes

23 de febrero de 2009

Agnieszka Wolny-Hamkało (1979)

Poeta, crítica literaria, periodista. Autora de cinco poemarios, de los cuales el último (Spam amoroso) vio la luz en 2007.

Canción

Lo olvidó en sueños.
Olvidó todo
y se abrazó a él.

Olvidó que se divorciaban.
Era en sueños. Lo olvidó
y se abrazó a él.


De Ni lo sueñes

22 de febrero de 2009

Rafał Rżany II

El problema de algunas antologías es que nos ofrecen una larga lista de poetas y muy pocos poemas de cada uno de ellos, de manera que no sólo resulta difícil hacerse una idea de las características de la poesía de un autor, sino que además, no es nada raro que después de haber leído un poema que consideramos bueno, demos con uno que no nos dice nada. Si sólo tenemos dos o tres poemas del poeta en cuestión, nos econtraremos con que no sabemos qué pensar, Ya se sabe: "una golondrina no hace verano". Me encuentro en esa situación y opto por buscar en internet, donde, no sin dificultades, encuentro este "segundo" poema de Rafał Rżany:


Con la edad las personas necesitan menos sueño.
Pero eso no hace que la vida se vuelva
más real.

Ni siquiera un poco. Los sueños,
expulsados de la noche,
vuelven por el día
y entonces son
como gatos negros.

Justo acaba de cruzárseme un gato.
No era negro,
pero eso no es suficiente
para que lo reconozca otra vez
cuando nos encontremos otra vez desvelados
durante un tiempo más largo.

A lo mejor la eternidad es una incesante
y tensa vigilia
en una casa vacía.
Se refriega contra nosotros
en una pegajosa y cálida tarde
sin deseos.

21 de febrero de 2009

Rafał Rżany (1974)

En ocasiones, especialmente cuando viajo, echo mano de antologías poéticas para no cargar con libros y libros -no sólo ocupan espacio, sino que también pesan-. Algunas veces, nombres que un segundo antes eran totalmente desconocidos, se abren paso hasta mí. Ése es el caso de Rafał Rżany, poeta y crítico literario, cuyo apellido resultará posiblemente impronunciable para la mayoría de lectores hispanohablantes.

Otras estaciones, otros trenes.
Y el mismo deseo de repetir el primer viaje:
al pueblo vecino, en las vacaciones, en un vagón
de dos pisos; un viaje de un día con papá.

Y hay tristeza: en el compartimento
de segunda clase, con la cercenada realidad
del periódico, junto a una puerta cerrada, frente
a una veinticincoañera de rotundos pechos
provocadoramente desnudos bajo el jersey.

Al otro lado de la ventana otro verde.

20 de febrero de 2009

Ludwik Filip Czech III

Poeta nacido en Gdansk. Su primer poemario, Nieblas y olores, ve la luz en 1993. Siete años más tarde publica Tala, al que han seguido otros cuatro poemarios.

Este mundo está profundamente oculto

oculta está la luz y oculta la sombra
la luz que viene de lo alto y la sombra sobre el valle

oculto está el hombre su miedo y el amor
ocultos los cuerpos de los amantes y los de los muertos

hay lugares en lo que se posan los pájaros
pero están ocultos en su propia altura
el fondo del río está oculto en su propia profundidad
todo lo que vive volando oculto está en el aire

oculto está nuestro pasado y oculto nuestro futuro
oculto nuestro nacimiento y oculta nuestra muerte

lo que queda espera estar oculto
lo que no está oculto será pasado por alto

1993

De Tala

19 de febrero de 2009

Ludwik Filip Czech II

No hay nada más triste
que un animal con ojos humanos
Encontré una cabra así
Era como si hubiera encontrado a una persona

con su desgarbada figura y su pelaje
rídicula con sus pezuñas y su cola

Y además esa pedigüeña pose medio de rodillas
pidiendo ser desencantada

y esa vacilación de si será
mi padre o mi tía
o un amigo pintor asesinado
así que cualquiera le da una patada

una impotencia total
Está uno ante una cosa así
siente que es imposible huir
e incluso si fuera posible
da una rara vergüenza

De Vacaciones amargas

18 de febrero de 2009

Ludwik Filip Czech (1959)

Visita

Un día volví a casa
pero nadie me abrió

entré
pero nadie me saludó

en la primera habitación crecía el árbol de la claridad -
bajo él sentado había un niño con sus rizos de oro

en la segunda habitación crecía el árbol del silencio -
bajo él sentado había un hombre que escribía mis poemas

en la tercera habitación crecía el árbol de la oscuridad -
bajo él sentada estaba mi madre
y colocaba mis cosas en una caja de cartón
como en un pequeño ataúd

1994

De Tala

17 de febrero de 2009

Bronisław Maj III

Una hoja, una de las últimas, se separa de la rama de un arce:
gira en el transparente aire de octubre, cae
sobre un montón de otras, se inmoviliza, se apaga. Nadie
ha admirado su excitante lucha con el viento.
ha seguido su vuelo, nadie la diferenciará ahora
yaciendo entre las hojas, nadie ha visto
lo que yo, nadie. Estoy
solo.

De Gołębia, Krupnicza, Bracka

16 de febrero de 2009

Bronisław Maj II

En Nowa Prowincja una de las cafeterías en Cracovia frecuentada por gran parte del mundo literario de la ciudad, situada en la última de las calles que aparecen en el título de la antología publicada en 2007, la calle Bracka, y donde hace unos días Xavier Farré (http://xavierfarreabcd.blogspot.com) y yo estuvimos tomando un café, coincidimos con Bronisław Maj.

Así no

La edad de Cristo, edad
del desastre. ¿Sé ya
qué quiero realmente? No,
no lo sé. ¿Qué no quiero?
No quiero morir, en todo caso
no quiero
ir muriendo así.

De Gołebia, Krupnicza, Bracka

15 de febrero de 2009

Bronisław Maj (1953)

Después de un viajero silencio, regreso al blog con un poema de Bronisław Maj aparecido en una antología de la serie Poetas de Cracovia que publica uno de los Centro culturales de la ciudad. La antología lleva por título el nombre de tres representativas calles de la antigua capital de Polonia: Gołebia, Krupnicza, Bracka. Maj vive en Cracovia desde 1972 donde imparte clases de literatura contemporánea en la Universidad Jaguellona. Nacido en Lodz, ha publicado una decena de poemarios y ha recibido algunos de los premios de poesía más importantes del país (el de la Fundación Kościelski -1984- y el del Pen Club -1995-). Escojo como primer poema el que abre la antología.

Esto es todo. Ya
no sucederá
nada más.
A qué esperas.

De Gołebia, Krupnicza, Bracka

11 de febrero de 2009

Ewa Lipska III

Entierro

La primera nieve del año.
Un perro de porcelana jadeante.
Un ángel de piedra.
El país cubierto con una sábana.
La mujer que se aleja por la avenida del cementerio
extiende unas velas negras.
Ni siquiera ha caído del cielo una estrella
ante mi mirada
reconoce el cura.
Sin embargo mantenemos la esperanza.
Dentro de un momento
el ataúd
submarino
se sumergirá
en la tierra.

De Zona de aparcamiento limitado

10 de febrero de 2009

Ewa Lipska II

Él era así

Él era así
en el momento de su muerte
tampoco despertó a los de casa.
Se levantó de la cama
y con los zapatos en la mano
de puntillas
se fue al otro mundo.

Incluso sus propios pies
se apartaron discretamente de su camino.

De Cuarta antología de poemas

Ewa Lipska (1945)

Punto muerto

Cuando al amanecer
acabaste en un punto muerto
el tren pitó en el arco iris negro del puente.

Hoy sólo te quiero decir
que la lámpara de la mesita de noche de tu habitación
ha avanzado a la categoría de estrella.

De Astilla

8 de febrero de 2009

Marzena Broda II

La primera traducción del haiku de Marzena Broda no respetaba cuestiones de metro, y se centraba en intentar traducir la imagen del poema, buscando un ritmo diferente. Iba a seguirle, hoy, una segunda traducción respetando la estructura del haiku, pero en el comentario de "Angelus" -al que aprovecho para saludar desde su querida Varsovia- me encuentro ya con un interesante haiku que dialoga con la primera traducción. Seguimos dialogando.


Cerilla


quebró la noche
sin darme a mí calor
su tenue llama

Marzena Broda (1965)

Cerilla


Conmovió la oscuridad,
Pero no me pudo calentar
Su frágil llama.

23.XI.1998

6 de febrero de 2009

Grzegorz Wróblewski III

Inesperadamente, Grzegorz Wróblewski se pone en contacto conmigo desde Dinamarca, donde reside en estos momentos, para agradecerme los dos poemas que han aparecido en el blog. En su correo añade algunos enlaces a páginas web con algunos de sus poemas y entre ellos encuentro el que figura a continuación:

Amigos fieles

A veces son mujeres con un brillante artificial en la oreja,
en otras ocasiones loros parlanchines o políticos fracasados.
A menudo aparecía por casa de mi tío un cura acompañado
por un catedrático especializado en la conservación de cadáveres. Jugaban juntos al póker
y bebían un licor de menta. Lo pasaban bien juntos.
También conocí a un hombre que eligió la soledad.
(Éste prefería el silencio y las cucarachas que correteaban
por las paredes). Al morir dejó su cuerpo en herencia.
Era un tipo fortachón. Hubo suficiente para varios meses.

5 de febrero de 2009

Grzegorz Wróblewski II

Noticia importante

Paseando por el bosque
me encontré a un amigo muerto
años atrás. Iba pacientemente detrás de mí,
y cuando yo descansaba... él también

se sentaba en un tronco vecino. No dijo nada,
y yo no le pregunté nada. Nos miramos
a los ojos. Igual que hacíamos antes. Después
regresé a la ciudad y me acosté.

Esa noche volví a verlo.
Soñé que estábamos en aquel mismo
bosque. Y tal y como hice anteriormente no le
pregunté nada. Él tampoco dijo nada.

De La ley de la serie

4 de febrero de 2009

Grzegorz Wróblewski (1962)

La última tentación

¿Por qué sólo te vi a ti?
Porque no vi a nadie más.

Si hubiera visto a alguien más,
habría visto doble.

Si hubiera visto doble,
no habría visto claro.

Si no hubiera visto claro, habría perdido
el sentido de la realidad.

De La ley de la serie

3 de febrero de 2009

Marcin Świetlicki III

Poeta, cantante de rock y líder del grupo Świetliki, autor de novelas policíacas. Considerado por muchos como un verdadero enfant terrible de la literatura polaca, ha publicado más de una docena de libros de poemas.

Que nadie se lleve a engaño con el título del libro del que procede el poema que figura a continuación, no es un error de imprenta, sino un intento de recoger el juego de palabras del título del original polaco.

Noviembre, casi el fin del mundo

Noviembre, casi el fin del mundo, minutos antes del atardecer.
Me refugié en una cafetería, me senté de espaldas a la luz.
¿Libre? Ocupado - respondo, arrojo la cazadora sobre la otra silla.

Ah, estoy listo para salir ya de esta ciudad, limpiarme las manos con
unas hojas, todo este polvo, la grasa de la ciudad
limpiármelos con unas hojas, sal conmigo, verás.

Nos aburriremos y nos daremos de puñaladas después de una semana, pero piensa en ese
fulgor que dejamos atrás, en todos esos lugares,
esas mujeres, esos hombres; piensa qué alivio

cuando gritemos en la habitación del hotel, en el piso más alto,
y nuestros gritos lleguen seguro hasta la
portería. ¿Libre? Ya, ya, dentro de un momento estará libre - respondo. El atardecer.

De Poemas encogidos

Marcin Świetlicki II

Grillos

Dije: conozco un lugar
al que van a morir los gatos.
Pregunté: ¿quieres verlo?
Respondió: no quiero.

Dije: está limpio y es importante.
Dije: es claro y el primero.
Pregunté: ¿quieres verlo?
Respondió: no quiero.

Lo dijo de una manera
que tuve que darle la espalda.
Desde aquel momento
lentamente
me voy acercando
a la salida.

De Países fríos 2

2 de febrero de 2009

Marcin Świetlicki (1961)

La verdad sobre los árboles

los árboles no tienen su libro sagrado
los árboles tienen suficiente luz aire y lluvia
finas ramas que se estiran hacia el cielo

el cielo de los árboles es verde potente oloroso
el creador de los árboles es potente verde como ellos
su creador no les inventó un infierno a los árboles

no hay ningún pecado no hay obligaciones
es suficiente con existir susurrar elevarse
es suficiente con crecer alzarse brotar

su creador no les inventó un infierno a los árboles
es fascinadora la indiferente ternura de los árboles
con la que reciben a los pequeños suicidas

De Países fríos

1 de febrero de 2009

Kazimierz Wierzyński II

A menudo, me pregunto qué hacer cuando en un poema aparecen citas, fragmentos, frases, en una lengua diferente a la del resto del texto. Suelo optar, como en este caso, por respetar el original y no traducir -ni tampoco poner notas a pie de página-, pero siempre me queda la duda de si es eso lo que me apetece hacer.


Me vino a la cabeza Nietzsche
La tarde era aceitunada, sin brillo,
Por un cielo nuboso volaban pájaros
Peor que de noche, a un mundo plomizo,
Miré cómo las aves vacilaban al viento
Recordé tras los años a Nietzsche
“Die Kraehen ziehen schwirren Flugs zur Stadt”.

¿A qué ciudad os apresuráis,
A qué casa y a qué nido,
En qué sueño, en qué noche, en qué mundo?
Os quería saludar con la mano,
Pájaros, ahora escribo esto a oscuras:
“Weh Dem, der keine Heimat hat”.

De El tejido de la tierra